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Política

En un avión iban 4 personas, un político, un sacerdote, un jugador y un niño. Un motor del avión se estaba incendiando, entonces el capitán dice hay 4 paracaídas, uno para mi y los restos son suyos, entonces se lanza el político, y dice, yo soy el presidente más inteligente y veraz del mundo, entonces tengo derecho, y se tira.
Luego el jugador de fútbol dice, yo agarraré otro, porque el mundo va a necesitar mis goles, entonces me toca agarrar otro, lo agarra y se tira.
Entonces el sacerdote dice: ¿Cómo es eso que queda dos?, entonces le dice el niño: Es que el presidente más inteligente y veraz del mundo se tiró con mi mochila.

Este era un día en que el señor presidente paseaba por la calle, cuando escucha una voz que dice:
¡Que se muera el presidente!
Este mira desconcertado para todos lados y cuando ve un loro en la ventana de una casa decide tocar la puerta de ésta, al abrir la dueña de la vivienda, el presidente disgustado le dice que él pasará mañana y el loro no deberá decir eso.
La señora preocupada, fue a casa del sacerdote y éste canjea con ella el loro, la señora se lleva el loro del sacerdote y el sacerdote se queda con el loro de ella. Al día siguiente pasa el presidente y observa que el loro no dice nada, éste enojado le dice al loro:
¿No vas a decir que se muera el presidente?
Y el loro contesta:
¡Que Dios te oiga hijo mío, que Dios te oiga!

Hillary Clinton después de fallecer fue al cielo y se encontró con San Pedro, y muy curiosa viendo los relojes en la pared le preguntó:
¿Para qué son todos esos relojes, Peter?
Y él le contestó:
Pues veras, cada uno de ellos es una persona que vivió en la tierra y cada vuelta de las manecillas son las mentiras que pronunció en su vida, por ejemplo:
¿Ves ese de allá?
Sí, contesta ella.
Pues, ese le perteneció a Abrahan Lincoln y sólo dio una vuelta, eso quiere decir que pronunció una mentira en su vida.
¿Y aquel que esta allá? ¿De quién es?, pregunta Hillary.
Y San Pedro le contesta:
Ese fue de Teresa de Calcuta y nunca dio una sola vuelta.
Entonces, muy entusiasmada Hillary pregunta:
Y por casualidad, ¿No has visto el de mi esposo, Bill Clinton?
Sí, contesta San Pedro, ese lo tiene Jesús en su oficina como abanico.

Estaba el presidente del país y le dice a todos sus habitantes:
Ciudadanos, les tengo una buena y mala noticia.
¿Cuál es la buena?
Que nuestras deudas con el extranjero han sido saldadas.
¿Y la mala?
Que tenemos 72 horas para abandonar el país.

El ratero le dice a la víctima:
Esto es un asalto, ¡Deme todo su dinero!
Óigame, ¿Usted no sabe con quién se está metiendo?
Soy un político muy influyente.
En ese caso, ¡Devuélvame todo mi dinero!


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